Esta garrochina nacida en Olot dirige las finanzas del proyecto desde septiembre de 2015 y vive al lado de la misma Fageda, en el barrio de Ca La Guapa de Santa Pau.
Licenciada en Administración y Dirección de Empresas por la Universitat Pompeu Fabra, hizo un intercambio con la Bentley University Business School de Boston y antes de incorporarse al proyecto asumió varias responsabilidades financieras en Arbora&Ausonia del grupo P&G, multinacional del sector del gran consumo de productos de la higiene y del hogar, que hace una valoración muy positiva. “Fue un máster en el ámbito profesional”, dice. Tuvo la oportunidad de residir en diferentes localizaciones y aprender de grandes profesionales.
Al cabo de unos años se incorporó en una empresa del sector de la moda, fue su segundo destino profesional y allí creó el área de análisis y control de gestión. Un par de años después, tenía ganas de volver a hacer vida en la Garrotxa y mira por donde que, el día de su cumpleaños, aparece el proyecto de La Fageda. En esta entrevista, hablamos de las funciones de finanzas, el área que dirige; reflexionamos sobre el interés social por la educación financiera; y, conversamos sobre conciliación familiar.
El mundo de la empresa siempre me ha gustado y pienso que la visión financiera tiene un gran impacto en la estrategia y el día a día de cualquier organización.
Una vez leí un matemático que decía que “el que no se mide, no se puede mejorar”. De aquí la importancia de saber de donde partimos, fijar objetivos, planificar, medir y seguir los resultados. Esta es la única manera de anticiparnos a posibles variaciones de lo que nos hayamos propuesto. Solo esto nos permitirá formular estrategias de corrección.
Hice varias entrevistas con Iñaki González, y después con Cristóbal Colón y Carme Jordà. La oferta de trabajo me llegó el día de mi cumpleaños. “Qué regalo tener la oportunidad de incorporarme en un proyecto como La Fageda, que casualmente está en Olot”, pensé.
El sector del gran consumo siempre me ha gustado, por ser muy dinámico y a su vez, exigente. Todo esto, sumado al hecho que La Fageda es un proyecto social con un objetivo intacto desde los inicios de generar puestos de trabajo con sentido para personas con necesidades de apoyo, y ubicado en un entorno privilegiado, me hizo tener clara la apuesta.
El departamento de finanzas está formado por un equipo extraordinario, no solo en el ámbito profesional sino también personal, están involucrados al máximo. Muchos de ellos hace muchos años que trabajan en el proyecto, así que han vivido casi todas las etapas de La Fageda. Juntos somos un buen engranaje.
Por un lado, hay el área de análisis y control y gestión que trabaja conjuntamente con las diferentes áreas de negocio a través del análisis financiero para valorar los proyectos y planificar y analizar el seguimiento económico. Por otro lado, tenemos el área de contabilidad, tesorería y fiscalidad, que se asegura de registrar con rigor el día a día del proyecto, gestionar la tesorería y cumplir con los compromisos fiscales. Disponemos también del área de gestión de convocatorias de subvenciones y licitaciones públicas, y finalmente el área jurídica y de compliance.
Somos un proyecto social que económicamente se sostiene gracias a la venta de productos de mucha calidad, como los yogures, helados o mermeladas, y a la prestación de servicios como el de jardinería.
También recibimos algunas subvenciones de la Administración Pública. Con relación a esto, y contrariamente a aquello que alguien puede pensar, hay que destacar que estos ingresos son inferiores al 7% del total, y este dinero se destina a facilitar la inserción laboral que es de una gran complejidad.
Mediante nuestra actividad económica y los contratos de trabajo, pagamos los impuestos correspondientes. Al mismo tiempo, ahorramos dinero a la administración, ya que generamos puestos de trabajo para personas que, en caso de no existir proyectos como La Fageda, estarían bajo el paraguas de las prestaciones públicas. Cada año lo cuantificamos. Lo hacemos utilizando la metodología del retorno social de la inversión (SROI). El último cálculo concluye que, por cada euro que La Fageda recibe a través de subvenciones públicas, devuelve más de 5. Estos datos se pueden consultar con todos los detalles en la memoria que publicamos cada año en la página de transparencia de nuestra web.
La razón de ser, el rigor, los timings y las funciones son muy parecidas a las de una empresa mercantil: realización de estudios económicos, análisis de márgenes, cierres de mes, auditoría, presupuestos… Lo que sí que es diferente es la mirada. En La Fageda los grises tienen muchos matices: estudiamos los proyectos desde el punto de vista económico, pero también se valora su aportación social. En otras empresas mercantiles, en cambio, los números son blancos o negros, y siempre se persigue maximizar la rentabilidad. Somos un proyecto sin ánimo de lucro, sin propietarios, ni dividendos. Estamos gobernados por un Patronato que, de manera altruista, aporta su visión. La totalidad de los excedentes generados se reinvierten en el mismo proyecto, y esto es básico para asegurar nuestra sostenibilidad económica.
Los últimos dos años han sido muy intensos, a causa de un entorno macroeconómico duro, con un incremento desorbitado de los costes de las materias primas -la leche, por ejemplo, se nos ha duplicado de precio-, y nos ha hecho ser muy ágiles en la estimación de impactos económicos y también, nos ha obligado a repercutir una parte de este coste extra en tarifas. Todo esto, sumado al hecho que nuestro sector está sometido a muchos cambios normativos y de regulación, hace que tengamos que seguir simplificando los procesos del área para poder dar respuesta a todos estos cambios con la máxima flexibilidad y rigor.
Por otro lado, el otro gran reto que tenemos es dar un paso adelante en la cuantificación del valor social que aporta La Fageda en la sociedad y ser capaces de transmitir el impacto económico no solo de lo que refleja la cuenta de resultados, sino también cuantificar el impacto intangible que genera el proyecto a las personas, familias y sociedad, entre otros.
Desde mi punto de vista, es un área muy interesante, puesto que permite conocer la realidad de cada actividad o servicio. Tenemos que desmontar el tópico que los profesionales de las finanzas siempre decimos que no, somos una ayuda y no una barrera. Muchas veces, el “decir que no” es una realidad, el reto es cuantificar los proyectos de manera integrada para que todas las áreas implicadas concluyamos que aquello no es una buena decisión.
La delicadeza y el punto de cruz que se hace con las personas con necesidades de apoyo, así como la adaptación de los puestos de trabajo siempre pensando en la evolución de los itinerarios de cada persona. También el dinamismo y flexibilidad interna de los equipos, siempre pensando en ampliar la respuesta que La Fageda da a las personas.
El equilibrio frágil que hay entre la vertiente operativa y la social. Desde finanzas, el reto es inculcar visión financiera a las diferentes áreas de negocio. La Fageda no tiene ánimo de lucro, pero esto no significa que no hayamos de garantizar la sostenibilidad económica actual y futura a través de la correcta toma de decisiones. Solo esto nos permitirá devolver los compromisos financieros (¡que no son pocos!) y continuar reinvirtiéndolo todo para desarrollar el proyecto social.
En el área de marketing. Siempre me ha generado interés conocer el comportamiento de los consumidores y los factores que inciden en las decisiones de compra. Pienso que como consumidores tenemos una responsabilidad inherente, creo que tenemos que ser conscientes de la responsabilidad que tiene la acción de comprar porque del hecho de escoger una marca u otra deriva un impacto real a la sociedad.
Me encanta viajar y descubrir lugares y culturas diferentes, preparar maletas, perdernos por caminos, probar nuevas comidas, hablar con personas con realidades diferentes, y revivirlo todo de nuevo a través de las fotografías, una de las otras aficiones que tengo. Me gusta también pasar tiempo de calidad con la familia y los amigos, y disfrutar de todos ellos al máximo.
Con un gran sentido de la responsabilidad, e intentando organizarme bien. Para mí la conciliación es estar presente al máximo en cada momento, y sentirme satisfecha conmigo misma. Esto pasa por tener una vida profesional que me satisfaga, sin renunciar a poder pasar tiempo con mi familia y disfrutar de mis hijas. Tenemos la gran suerte de tener unos abuelos jóvenes y dispuestos a dar un golpe de mano siempre. ¡Esto es impagable! En este sentido, La Fageda tiene una visión muy humana y facilita medidas de flexibilización y conciliación.
El griego natural con mermelada de frutos rojos del bosque.
Por un lado, imagino La Fageda del futuro ampliando la respuesta a las necesidades sociales de la Garrotxa. Por el otro, a Laura, la imagino despertándose cada día con ganas e ilusión, como lo hace ahora, sintiéndose realizada en el ámbito laboral, rodeada de los suyos, y con un ojo en el mapa mundi para continuar descubriendo nuevos lugares.
Eva Güibas, periodista. La Fageda.