“Llega un momento en la vida que tienes que decidir si te quieres jubilar al lugar donde trabajas o si quieres ver más mundo”. La mujer que dice esto es Montse Riol, una olotense de cuarenta y tres años que desde hace un año es la directora del Departamento de Tecnologías de la información y de la comunicación (TIC) de La Fageda.
Montse Riol, delante del Servicio de Atención al Visitante (SAV) de La Fageda
El momento de que habla lo vive el verano del 2017, y toma la decisión de ver más mundo. Por eso, deja el trabajo que tiene a la reconocida empresa Hipra donde trabaja desde hace quince años ocupando un lugar con una alta cuota de responsabilidad y liderando un equipo de catorce personas. El corazón y la cabeza le dicen que ya ha cerrado una etapa, que “había aportado todo lo que tenía que aportar y aprendido lo que tenía que aprender” y entonces decide empezar un nuevo camino. “Me di unos meses para parar y para pensar, y aclarar qué quería hacer“.
Un mes más tarde, una consultoría le propone trabajar en un proyecto de ámbito internacional e incorporarse enseguida. Acepta la oferta con la condición de no entrar a trabajar hasta septiembre, entre otros motivos, porque quiere disfrutar el verano con dos pequeños, sus hijos Pol y Cristina, que ahora tienen 14 y 9 años. Y he aquí, que durante unos meses hace cada día el trayecto Olot-Barcelona-Olot. Un día de mayo del 2019 suena el teléfono de otra consultoría, en este caso energética, Energy Tools y de Olot, con una nueva oferta profesional. Dice que sí y entonces tiene el trabajo a cinco minutos de casa.
Y llega el 2020, y con él La Fageda en su vida que le propone integrarse al proyecto. En un primer momento se muestra reticente “no me veía dejando Energy Tools, y hacer otro cambio en tan poco tiempo, pero me aconsejaron escuchar, y realmente cuando te explican que es La Fageda, te cambia el concepto. La conocía, pero no su alcance” comenta. “Me di cuenta de que La Fageda vino en un momento que tenía mucho sentido para mí. Y yo, que siempre busco sentido a las cosas, supe que me encajaba. A la tercera conversación me decidí”, matiza.
Se refiere a las largas conversaciones online que mantiene con Sara Vidal, directora del Área de Gestión de Personas y con Sílvia Domènech, adjunta a la Dirección General. “A causa de la pandemia mi proceso de selección fue 100% online -comenta con una sonrisa-. No vine presencialmente a La Fageda hasta que ya estaba contratada.”
Y es así como el verano del año pasado, esta mujer que en primer momento iba para matemática, pero que dejó estos estudios para formarse en Ingeniería Técnica en Informática de Gestión en la Universidad de Girona, es una directiva de la organización, y lo es en un ámbito mayoritariamente ocupado por hombres, un hecho que también abordaremos en esta entrevista.
Las instalaciones de la Universitat Autònoma de Barcelona, donde estudió Montse Riol
“Volvería atrás y volvería a hacer lo mismo” dice para reforzar la convicción con qué tomó decisiones clave de su recorrido vital, la misma convicción que transmite cuando le haces la tópica pregunta de cuáles son sus aficiones y responde “tengo una tendencia natural a llenarme el tiempo”. Se define como un culo inquieto, aficionada a la fotografía, a la lectura, a los viajes y a la música. Y muy satisfecha de su red familiar y de amistades porque le permiten compartir momentos muy enriquecedores.
Montse, ya hace un año que te incorporaste a La Fageda. ¿Qué balance haces?
Pues muy positivo, no me he encontrado nada que no me explicaran a las entrevistas que hice. Es cierto que cuando te incorporas a un nuevo trabajo te marcas muchos objetivos, y cuando los quieres aterrizar te das cuenta de que resulta muy difícil cumplirlos todos, pero estoy muy contenta. La Fageda es el proyecto que para una persona con mis inquietudes encaja perfectamente. Pienso que el sentido del proyecto está muy integrado con la realidad, tiene coherencia interna, los valores de los cuales se habla son de verdad, y en relación con su punto de vista tecnológico creo que realmente puedo aportar.
Quiero hacer un agradecimiento a las personas del departamento y en general a todo el mundo, por la fantástica acogida que me han hecho.
Montse Riol con su equipo, formado por Sergi Asperó, Joel Badosa y Francesc Díaz
¿Te ha sorprendido algo en especial?
Sí, la gran complejidad que implica hacer convivir la dimensión social del proyecto con la industrial, los engranajes que hacen falta. Me ha sorprendido el cómo se ha llegado hasta aquí, todo el crecimiento que ha hecho La Fageda y después estos engranajes, su complejidad y delicadeza.
¡Y realmente la integridad eh! La figura de Cristóbal Colon, el día a día. Aquí las personas importan. Llegas y al cabo de un tiempo tienes la sensación de llevar trabajando toda la vida, y esto no pasa en otros lugares, es muy difícil. Y es así gracias a la cultura de la empresa, porque es una cultura real, no cogida con calzador.
Después de trabajar en el ámbito privado, ¿cómo vives hacerlo en un proyecto social, sin ánimo de lucro ni accionistas que a finales de año reclamen beneficios?
Lo vivo con un sentido de una gran responsabilidad porque al final tienes que aprender a convivir con este engranaje. Tienes que aportar al máximo con los recursos adecuados, tener presente lo que tienes que hacer y el como en relación con los recursos que tienes. Si solo hubiera objetivos de negocio, industriales y de venta, marcarte objetivos de mejora y hacer el seguimiento, sería más fácil. Aquí, el reto es entender la dimensión social del proyecto.
¿Cuál ha sido la tarea que has tenido que priorizar más el primer año?
Por un lado, he tenido que entender lo que ha pasado hasta ahora, donde estamos y el porqué.
Además de poner en marcha proyectos prioritarios como la explotación de datos para la toma de decisiones, estamos mejorando soluciones ya existentes y poniendo al día la base de recursos TIC para poder crecer los próximos años.
Pol y Cristina disfrutando de una excursión con su madre, Montse Riol
Hagamos un poco de pedagogía. ¿De qué se ocupa el área de tecnología de La Fageda?
Nuestra misión principal es informatizar procesos para ser más eficientes y tener más información y hacerlo de una forma transversal a la organización. Cuando ponemos soluciones pensamos en la globalidad.
Ahora, en una primera etapa, estamos estabilizando la base que La Fageda necesita. Hacemos esto porque nos tiene que permitir evolucionar, y después dar respuestas muy ajustadas a cada una de las necesidades industriales y sociales. Cada uno de los servicios del proyecto necesita datos y procesos diferentes. Esto hace que tengamos delante un reto de conocer el proyecto a fondo e implantar aquello que hace falta.
Nuestro día a día también es garantizar que todo continúa funcionando de forma óptima y actualizada a las nuevas necesidades.
Para dar datos que hacen entender un poco la dimensión de nuestro trabajo, podemos decir, por ejemplo, que damos soporte a las 4 sedes y de media tenemos unos 400 usuarios dados de alta en el sistema y que puntualmente pueden tener un problema. Mantenemos 150 puestos de trabajo, más de 100 extensiones fijas y móviles y 65 servidores entre otros. La protección de datos también es competencia nuestra.
Montse Riol en el Centro de Procesamiento de Datos (CPD) de La Fageda
¿Cuál sería el grado óptimo de digitalización en una empresa como La Fageda, su objetivo es el mismo que en una empresa convencional?
En La Fageda hay puestos de trabajo que no digitalizaremos nunca, nos interesa que sigan como están porque forman parte del proyecto, dan sentido al trabajo y su foco no es la productividad.
Cuando hablamos de transformación digital, entre otras cosas, estamos hablando de automatizar al máximo trabajos repetitivos y de evitar el error. El grado óptimo de digitalización es el que te puedes permitir en función de los recursos que tienes y del tipo de empresa. Por ejemplo, en La Fageda sí que tenemos que tener presente la digitalización de todo aquello que tenga que ver con la trazabilidad, la gestión de los servicios, la seguridad, los datos estratégicos…
En términos de eficiencia, podemos aportar criterio, puesto que vemos todos los procesos de la empresa y podemos contribuir a ver dónde hay que poner el foco. Es importante tener en cuenta como dice Peter Drucker, uno de mis referentes, que “no hay nada más ineficiente que hacer con gran eficiencia lo que no tendría que haberse hecho nunca.” No nos podemos permitir el lujo de invertir tiempo y recursos en aquello que no es necesario.
La Fageda también la hace diferente que una mujer ocupe el área TIC porque muy pocas mujeres trabajan en el sector de las nuevas tecnologías, y menos en lugares de responsabilidad. ¿Cómo lo vives?
Pues tengo que decir que con mucha normalidad porque de hecho siempre ha sido mi día a día. Mi primer día en Hipra me dijeron: “Ya sabes que trabajarás en un departamento donde solo hay hombres?” y me hizo cierta gracia, yo no le daba importancia.
Aun así, buscar la diversidad y variedad, y no solo de género, siempre es la mejor opción y para mí, es la más positiva.
Un estudio reciente de la Comisión Europea sobre la mujer en el sector digital, revela que solo 24 de cada 1000 mujeres se gradúan en estudios TIC. ¿Qué acciones crees que hacen falta para eliminar esta brecha de género en el ámbito educativo?
Habría que explicar mejor las salidas profesionales que tiene esta opción a los jóvenes. No es lo mismo trabajar en el ámbito de los videojuegos por ejemplo, que en sistemas de hardware, redes o en sistemas gestión. Entonces, como el valor añadido de las TIC no es tangible, la mayoría de chicas a las cuales les gusta la vertiente tecnológica acaban haciendo una ingeniería industrial. A 16 años, la edad que tienen que empezar a escoger el camino, o eres muy friki o es difícil elegir esta opción si no estás muy informado.
Montse Riol, de pequeña
¿Qué mensaje darías a una chica interesada en trabajar en el ámbito tecnológico?
Si está interesada ya es mucho. Insisto que la opción TIC no es complicada, hay muchísimos y variados trabajos y se tiene que explicar mejor. Creo que el más importante es tener la capacidad de saber que es el que se te da bien, tener claro donde eres bueno. Tener esta visión, hacerlo y hacerlo bien hecho, es lo que te marcará la diferencia.
Una última pregunta, ¿te ves jubilada en La Fageda?
(Ríe). ¡Ahora sí! Hoy en día sí, sin ningún tipo de duda, a pesar de que no sabes nunca que te espera la vida. Tengo que decir que en el fondo siento que estoy en una empresa en la cual estaré muchos años.
Ester Carreras, periodista. La Fageda.