Para elaborar nuestros yogures, mezclamos la leche fresca de nuestras vacas con los fermentos que impulsarán su transformación. Vertemos la mezcla en los envases y los dejamos fermentar hasta 3 horas dentro de la cámara a la que denominamos horno, a una temperatura de 45ºC.

A continuación, se hace el control de pH y, si el grado de acidez es el adecuado, los yogures pasan al túnel de frío. Allí se hace un segundo control de pH y luego se llevan a la cámara frigorífica. Finalmente, el yogur se envasa dentro de su envase y ya queda listo para ser distribuido a los puntos de venta.