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11 marzo 2019

Cambios en la fábrica para poner las máquinas al servicio de las personas y no a la inversa

‘Han dejado de ser cargadores de cajas y se han convertido en <maquinistas> y eso ha reforzado su autoestima. El cambio ha sido positivo en todos los sentidos’. Lo expresa bien convencido Josep Pugès, el  director de planta de la fábrica de yogures. ¿Cuál ha sido ese cambio? Con el aumento de la producción y el objetivo de mejorar la calidad de los puestos de trabajo del Centro Especial de Trabajo de La Fageda, hemos incorporado dos nuevas máquinas en planta. Son dos manipuladores neumáticos que ahorran cargar pesos. En ningún caso se han perdido puestos de trabajo, se apuesta en aumentar la comodidad del personal.

¿Quienes serán los <maquinistas>? ¿Qué ahorro de movimientos permitirán conseguir? ¿Cómo las han acogido los trabajadores? Después de la primeras semanas de funcionamiento, ¿qué valoración hace nuestro responsable de producción? Os invitamos a descubrirlo en las siguientes líneas.

 

Hasta hace bien poco, después del proceso de envasado, era necesario cargar a mano las cajas de yogur para colocarlas en un carro que, una vez lleno, entra al horno de fermentación. Estas cajas, que pesan unos 10kg cada una (y contienen un total de 72 vasos de yogures) las cogían dos personas y las colocaban una encima de la otra dentro del carro hasta acumular 24. Por carro, por lo tanto, eran necesarios 24 movimientos de dos personas y el ritmo tenía que ser rápido. Ahora, con la incorporación de la nueva maquinaria ergonómica, se pueden coger tres a la vez sin hacer ningún tipo de esfuerzo físico y se reduce la cadencia y la cantidad de movimientos a hacer. Se harán 8 y más lentos.

 

Ya no es una cuestión de fuerza

‘Estamos muy satisfechos con el resultado que nos están dando. Y es importante destacar que no han supuesto un recorte de personal, al contrario. Por eso hemos descartado comprar un robot, La Fageda debe crear trabajo. Ahora, las personas que por dificultades físicas no podían ocupar los anteriores puestos de trabajo manuales, ya pueden hacerlo. Porque las máquinas necesitan un acompañamiento. Personas más bajitas, por ejemplo, que no llegaban a cargar las cajas en los puntos más elevados del carro, pueden volver. Antes era cuestión de fuerza y ahora es habilidad’, explica Josep Pugès.

 

En la fábrica el trabajo se organiza de manera rotativa y las personas realizan la misma labor durante unos 30-60 minutos. Una vez superados y después de dos o tres rotaciones se dispone de una pausa y hay que reincorporarse de nuevo al trabajo pero en una sección diferente. Una de las labores que no permitían completar la rotación era justamente la de cargar cajas a mano, por los motivos ya explicados. Ahora, en cambio, todos y todas pueden rotar por los diferentes puestos de trabajo.

La máquina cuenta con unas pinzas para enganchar las tres cajas y es muy fácil de conducir. Sólo pulsando unos sencillos botones y acompañándola suavemente permite realizar la labor de forma cómoda, segura y rápida. El personal la ha acogido de la mejor manera y valoran de forma positiva el cambio. ‘Hemos realizado un proceso de formación para que todos aprendan a conducirla. Y cabe destacar que, llevar una máquina, para ellos, es importante. Refuerza su autoestima, se pueden sentir más reconocidos y pueden seguir potenciando sus capacidades y habilidades. Han dejado de ser cargadores de cajas y ahora son <maquinistas>. Así que los beneficios son muchos‘, insiste Pugès.

 

‘Se trata de dar responsabilidades a las personas. No sabíamos qué acogida tendría pero el mismo día de la inauguración, pasadas unas horas, casi todos ya sabían usarla. Ha sido una gran satisfacción‘, añade.

 

Este cambio ha supuesto una inversión de unos 50.000 euros y la apuesta es tener el sistema más ergonómico posible. Delante de cualquier incidencia, las máquinas tienen un doble sistema de seguridad. Por un lado, si se va la corriente, el funcionamiento dispone de un pulmón de seguridad de aire comprimido que ofrece entre cinco y diez minutos de margen para bajar tranquilamente la carga. Por el otro, si las cajas se encuentran elevadas y, sin querer, se pulsa el botón de abrir las pinzas y descargar, el sistema se bloquea y no permite hacerlo. El manipulador ha de notar que toca una superficie para soltar las cajas.

 

Siguiendo en la línea de sistema de trabajo ergonómico, se están haciendo pruebas con un remolcador eléctrico de carros. Si los resultados son satisfactorios, se aplicará en todos los movimientos de carros de la empresa para evitar hacerlo de forma manual y con esfuerzo físico. En este caso tampoco se recortará ningún puesto de trabajo sino que se mejorará la comodidad a la hora de trabajar.

 

Intentamos poner las máquinas al servicio de las personas, y no las personas al servicio de las máquinas‘, destaca Pugès.

 

Os invitamos a visitarnos y a descubrir a pie de fábrica estas y muchas otras novedades.

 

Víctor de Paz, periodista y guía de La Fageda

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