Su motivación por contribuir en entidades del tercer sector lo llevaron a dejar Barcelona y establecerse en Olot para entrar a formar parte de La Fageda en 2018. Hablamos de Pol Espadamala, responsable de marketing.
Es economista, pero la experiencia profesional lo ha acabado llevando en el mundo del marketing. Destaca que uno de los puntos fuertes de formar parte de este ámbito es poder trabajar conjuntamente con otros muchos departamentos, con el objetivo de poder coordinar las tres líneas de trabajo de marketing: el punto de venta, la investigación de mercado y la comunidad Arrelats, que se pondrá en marcha este año. Hoy lo conocemos un poco mejor en esta entrevista.
Se me empezó a despertar el interés hacia proyectos del tercer sector, a través de un muy buen amigo. El año 2015, era un momento vital para mí y decidí aportar mi granito de arena y aprender de este mundo. Entré a trabajar en un proyecto social de Sant Boi, la Fundación Cuina Justa, y tres años más tarde, vi una oferta de trabajo de La Fageda. Para mí, La Fageda era el referente del tercer sector, y además, combinaba dos de los aspectos que más me apasionan: por un lado, el mundo del gran consumo y la alimentación y, por el otro, el proyecto social. No me lo pensé mucho y apliqué a la oferta. En 2018 empecé y cambié mi vida en Barcelona para venir hacia aquí, con mi pareja, Anna, que decidió acompañarme en este cambio.
Desde el principio, hemos actuado en tres grandes líneas desde marketing. Primeramente, el punto de venta, es decir, como dinamizar y tener visibilidad sobre lo que pasa en casa de nuestros clientes, el gran consumo. También, la investigación de mercados, donde La Fageda hizo una gran apuesta estratégica para tener datos y acceso a los paneles de consumidores y detallistas. Y finalmente, estamos trabajando la comunidad Arrelats, que se pondrá en marcha este 2022. Desde hace un par de años, junto con otros departamentos, llevamos los proyectos de innovación y embalaje, uno de los pilares de La Fageda para crecer.
Una de las cosas que me creaba más curiosidad de La Fageda era entender como habían conseguido crear una marca tan reconocida en Cataluña y ser presentes en el gran consumo. La sorpresa fue descubrir que esto lo había hecho posible un equipo muy reducido de personas. A lo largo de este tiempo, la evolución ha pasado por intentar profesionalizar todo esto, tener un equipo con una estructura algo más grande y ser capaces de hacer más cosas e intentarlas hacerlas mejor.
Hay dos cosas que me resultan muy fascinantes. Una de ellas es poder trabajar con todos los datos que tenemos e intentar entender qué busca el consumidor, qué lo mueve. Y la otra, es que marketing somos un pequeño departamento, que estamos muy cerca de la venta con el departamento comercial. Esta parte, de entender las dinámicas en las cadenas de supermercados, también me apasiona. Es un departamento que te permite trabajar con otras muchas áreas. Es muy enriquecedor.
Este año, con motivo de nuestro 40.º aniversario, presentamos una edición especial de yogur, el Orígenes, así como el flan de huevo, el yogur sin lactosa desnatado, el relanzamiento de los cremosos, un cambio de las botellas del yogur líquido y también, el helado de pastel de queso, un proyecto que tenemos muchas ganas que esté en el punto de venta y ver qué aceptación tiene por parte del consumidor. También, otros productos que hemos lanzado este año, como el yogur con azúcar de caña. Queremos trasladar La Fageda a Alimentaria. En el estand, habrá una zona de degustación de producto donde daremos a probar los cremosos y el griego, y una pequeña barra de degustación de helados.
Muy positiva, a la espera de ver cómo reaccionan los clientes y el consumidor. La apuesta que está haciendo La Fageda para innovar es muy interesante. Es necesario porque al final las preferencias del consumidor cambian y, esto es nuestra responsabilidad. Supone un reto importante, innovar en el mercado donde estamos es complicado porque al final trabajamos con unos espacios finitos donde hay una media de 250 referencias diferentes dentro de un lineal de yogures y postres. Quiero decir, es complejo encontrar equilibrio entre una innovación coherente con nuestra marca y que sea también una innovación entendida por el mercado.
A corto plazo tenemos 3 oportunidades muy relevantes. Una es la comunidad Arrelats, que consiste en poder conocer más profundamente nuestros consumidores y generar más vínculo con ellos. Otra, el producto y el embalaje, y adaptarnos a las tendencias. Y otro gran reto es la sostenibilidad, es decir, trabajar y pensar cómo serán los envases de La Fageda del futuro.
La coherencia y la cultura de empresa es sorprendente. Aquí hay una forma de trabajar concreta y muy particular. También, me ha fascinado todo el trasfondo filosófico: todos estamos al mismo barco y todos remamos en la misma dirección. No hablamos de éxitos o fracasos individuales, sino colectivos.
En el ámbito personal, muchos. Todos tenemos habilidades determinadas y todos servimos para hacer algo muy bien hecho y me parece que La Fageda es una evidencia y un aprendizaje. En los últimos años me han caído muchos prejuicios. A escala profesional, la gran suerte es que compartimos espacio con profesionales muy buenos. He aprendido infinidad de cosas, de todo el mundo.
En el área social. Estoy seguro que es un trabajo muy duro y complicado, pero a la vez muy gratificante y bonito.
Me gusta escalar, el contacto con la naturaleza, salir con la furgoneta, ir en bici, andar y hacer deporte. Y obviamente, también ir a hacer unas cervezas con los amigos. También, estoy vinculado a algunos proyectos del territorio. Uno de ellos es L’Artiga, una cooperativa de consumidores. Intento dedicarle buena parte de mi tiempo libre.
¡El griego natural! Los nuevos productos, el natural Orígenes y el helado de pastel de queso, que yo ya los he probado, estoy seguro que cuando los pongamos en marcha pasarán a formar parte de mis favoritos.
Auguro un futuro bonito. Creo firmemente que tenemos unos buenos ingredientes. Somos un proyecto realmente relevante, hacemos productos excepcionales y tenemos una marca muy apreciada. Los consumidores nos asocian a unos valores y una filosofía. Este es el gran reto, continuar haciendo crecer esta marca y que nos conozca más gente y mejor.
Sí, quiero destacar el espacio y la circulación que hay en La Fageda. Es decir, poder bajar a hacer un café con compañeros del Servicio de Terapia Ocupacional, del Rebost, de fábrica… Es maravilloso. Es la esencia de La Fageda. Y por supuesto, de estar en un entorno natural, es difícil venir a trabajar de mal humor entrando por este camino cada día.
Eva Güibas, periodista. La Fageda.