Hace un año, publicábamos un artículo dedicado a nuestro compañero José Luis Hernández, quien tomó la decisión de dejar el Centro Especial de Empleo (CEE) de La Fageda para empezar una nueva etapa laboral en una empresa ordinaria, la fábrica de embutidos Monter. Se sentía preparado.
Pasados doce meses, está contento y dice que luchará para seguir muchos años o, incluso, ¡llegar a jubilarse allí! «Lo valoro mucho, porque me estoy ganando un buen sueldo y veo que soy capaz de hacer el trabajo», explica.
A raíz de un trastorno mental, José Luis trabajó 17 años en La Fageda. Desde el principio, su salto a una empresa ordinaria fue un horizonte que se veía posible. «Ser capaz de aguantar un ritmo normal me llena de alegría, porque veo que puedo, y me da mucha seguridad», dice ahora.
En Monter, comenzó llevando un transpalé eléctrico y, actualmente, controla una máquina que prepara la carne para llevarla al túnel del frío.
¿Y las personas? «La relación con los compañeros de trabajo es muy buena, me han acogido muy bien y me siento muy a gusto», resalta.
«He cambiado el pronóstico»
A José Luis le gusta destacar que ha sido capaz de cambiar el pronóstico que le hicieron cuando le comunicaron que tenía un trastorno mental: «Me dijeron que no podría trabajar, ni estudiar, ni conducir, ni tener autonomía. Y lo estoy haciendo».
Como él, otras personas que forman parte de nuestro proyecto social han dado el salto a la empresa ordinaria o lo harán algún día. Un equipo de psicólogas y trabajadoras sociales valora con cada persona si puede ser una buena opción y cuándo es el momento.
Y, siempre, se puede volver a La Fageda. «Lo más importante es que las personas nos sintamos cómodas y nos podamos desarrollar en nuestro puesto de trabajo, sea en la Fageda o en una empresa ordinaria», subraya en este sentido la gerente del área social, Anna Monells.
Preguntamos a José Luis qué diría a quienes tengan ganas de probar a trabajar en la empresa ordinaria. «Les diría que sean muy disciplinados en el Centro Especial de Empleo», afirma. «Así, podrán mantener una buena disciplina en la empresa ordinaria», añade.
Y otra recomendación: «Que se cuiden haciendo deporte, que hagan una práctica habitual cada día». A él, dice, el deporte le ayuda a coger fuerza, relajarse y animarse.
El Servicio de Integración Laboral
A lo largo de este primer año en Monter, José Luis ha seguido en contacto con La Fageda. Concretamente, con Àngels Sala, técnica del Servicio de Integración Laboral (SIL). «Sé que, si necesito algo, puedo contar con ella. Por ejemplo, ahora que tengo los padres muy mayores», explica.
El SIL ofrece, durante todo el tiempo que sea necesario, acompañamiento y apoyo a los compañeros que deciden trabajar en la empresa ordinaria y también a las personas que los contratan.
En la última década, el Servicio de Integración Laboral ha facilitado que, como José Luis Hernández, una cuarentena de personas atendidas en La Fageda encuentren y mantengan un trabajo en más de una veintena de empresas o instituciones de La Garrotxa.