Septiembre termina y, silenciosamente, las hayas de La Fageda d’en Jordà se preparan para ir tiñendo sus hojas de color marrón. Mientras, en nuestra finca, las últimas cosechas de verano dan paso a los cultivos de otoño. Lo hacen posible un grupo de las personas que tienen más necesidad de apoyo, atendidas en el Servicio de Terapia Ocupacional, así como sus monitores: Violeta Bulbena, Gerard Pujol y Montse Masmitjà. Hace poco menos de un año que empezaron con los huertos y han aprendido mucho. Visten camisetas de color granate.
Son las diez de la mañana y, en una conversación a pie de invernadero, Montse y algunos de los compañeros y compañeras de Terapia Ocupacional nos relatan cómo cuidan los huertos y qué podremos degustar a lo largo de los próximos meses.
«Estos días recogemos los últimos tomates, calabacines, pepinos, melones …», explica Montse.
«Y ahora empieza otoño y comenzamos a plantar coles y a preparar la tierra para plantar más cosas», anuncia Josep. Le preguntamos qué significa preparar la tierra. «Quiere decir remover y poner abono para que coja vitalidad y produzca», detalla. ¿Quién lo hace? «Entre todos«, dice.
Las primeras coles de Bruselas de la temporada.
Junto a Josep están Adela, Piti, Maria, Ester y Miquel. Les pedimos cuáles son sus tareas favoritas en el huerto.
«A mí, lo que más me gusta es plantar tomates y ‘bichos'», explica Maria. «Me gusta que las coles se hagan grandes», detalla Adela por su parte.
Y Piti lo tiene claro: «A mí me gusta cosechar lechugas, calabacines … a veces me equivoco, me dejo algo para cosechar, pero no pasa nada … la monitora se lo repasa».
Montse, la monitora, le confirma que no pasa nada, e invita Ester a explicarnos su actividad favorita. «Recojo malas hierbas dentro y fuera de los invernaderos, me gusta mucho». «Dentro es más fácil, porque tenemos la suerte de que las jardineras son más altas y no hay que agacharse», añade Montse. Miguel nos escucha y asiente.
La hora de las crucíferas
Aprovechando que Josep ha mencionado las coles, pedimos a Montse que nos detalle qué cultivos de otoño podremos comprar en el economato de La Fageda: «Todas las crucíferas … coles, brócoli blanco, brócoli verde, col de Bruselas … y seguiremos plantando acelgas, espinacas y lechugas. Además, intentaremos cultivar cebolleta y ajos, así como escarolas y porros «. Dependiendo del tipo de verdura, se podrá plantar fuera del invernadero o sólo dentro para evitar que el frío y la lluvia la estropeen.
El brócoli verde ya despunta.
Mientras hablamos, tres compañeros, Carles y los Jordis, faenan en el exterior de los invernaderos: son las once y media de la mañana y recogen berenjenas, pimientos italianos, tomates y pepinos en las jardineras que hay delante del Servicio de Atención al Visitante. Quedan pocos por madurar: serán los últimos de la temporada.
Una ocupación terapéutica que nunca se acaba
La mañana apenas arranca. Hasta la una, hora de comer y descansar, estos compañeros de Terapia Ocupacional tienen trabajo en los invernaderos y en las huertas exteriores. Primero cosechar, luego pesar y, a continuación, preparar las verduras para llevarlas al economato, la cocina o las residencias de La Fageda. También barrer, plantar o regar. Lo que sea necesario.
Algunos de los compañeros de Terapia Ocupacional, en los invernaderos de La Fageda.
Por la tarde, quizás sembrarán semillas para el plantel: «Sembrar es un trabajo muy tranquilo, muy de psicomotricidad fina», resalta Montse. O, tal vez, revisarán que la finca esté limpia, tarea que tomará protagonismo dentro de pocas semanas, cuando las hojas empiecen a caer.
En los huertos, y en el cuidado de la finca, el trabajo nunca se acaba.
Hace menos de un año que los compañeros de Terapia Ocupacional iniciaron el proyecto de horticultura, que les ha cambiado las rutinas e incluso el ánimo. Antes, pasaban muchas más horas en el taller. Ahora, «plantas una semilla, la ves crecer, hace una flor y un fruto, que puedes recoger y vender. Y, cuando te lo comes, dices: ‘Oh, que bueno está!’ Físicamente, quizá alguien esté más cansado. Pero, anímicamente, los vemos mucho más contentos. Es un trabajo terapéutico y, además, es un trabajo real, con sentido, útil y digno», concluye Montse.
Roser Reyner, periodista y guía de La Fageda