Parece como si el destino de Lluís Mas estuviera escrito a la garrochina. Tiene 51 años, es de Barcelona y un gran enamorado de la Garrotxa. Este vínculo lo llevó a instalarse en una casa de pueblo de La Pinya. Fue una apuesta de futuro, puesto que estaba convencido de que se jubilaría aquí con su familia. Lo que no previó es que, además, se le presentaría un reto profesional: dirigir NOIMA, la Escuela de Nuevas Oportunidades de la Garrotxa, un proyecto que La Fageda impulsa con el Ayuntamiento de Olot.
Lluís tiene una historia de fracaso escolar. Fue expulsado de un centro educativo cuando tenía 14 años. Nos confiesa que su escuela fue el escultismo. Allá se sentía escuchado y querido y adquirió grandes valores. Su familia lo animó a ir a la universidad y cursó educación social. Pensó que estos estudios podían seguirle aportando la experiencia y el sentimiento que le proporcionaba el cau.
Hoy en día, es director del proyecto NOIMA. Un centro que se refleja en sus orígenes, un centro que quiere conseguir que los jóvenes recuperen las ganas de aprender. Cómo hizo él, también. Nos lo explica en esta entrevista.
Me siento un privilegiado de haber podido trabajar con entidades como estas. Son proyectos que tienen unos valores que van en línea a mi forma de ser. Con iniciativas como estas, puedo transferir mis valores a través de mi perfil profesional en un entorno que siento que es mi casa. Me he sentido muy a gusto con todos ellos y esto es gracias al hecho que compartimos una misma misión y visión.
Por un lado, la primera impresión fue de respeto. Era un gran reto para mí, pero a la vez, muy motivador. Se me propuso dirigir un nuevo proyecto que estaba naciendo. Había unos cimientos, pero la casa se tenía que construir. Por otro lado, también tuve una gran sensación de responsabilidad. Dirigir una Escuela de Nuevas Oportunidades me supone seguir creciendo a nivel profesional.
Ha sido un cambio, que también ha tenido un impacto personal. Mi familia vive en Barcelona y yo, aquí. Esto supone encontrar un equilibrio. Aunque hace 30 años que vengo a la comarca – la bisabuela de mi pareja era de Olot- no me ha costado nada hacer de la Garrotxa, mi casa. Casa es mucho más que una vivienda, quiere decir rescoldo, proyectos, relaciones…
El pasado mes de septiembre, Lluís Mas se incorporó en La Fageda para dirigir la Escuela de Nuevas Oportunidades de La Garrotxa.
NOIMA, en griego, quiere decir hacer algo con sentido. Queremos transferir la filosofía de La Fageda, que se basa en generar un trabajo con sentido, al modelo educativo de NOIMA. Queremos hacer entender a los jóvenes que aquello que hacen es significativo y que tiene un sentido para ellos. Tienen que saber que este proceso les tiene que generar un cambio y una transformación personal, ser reconocidos por su entorno y favorecer su participación social en igualdad de oportunidades.
Una vez leí que el talento está repartido de manera equitativa en el mundo, pero las oportunidades, no. NOIMA quiere ayudar a la juventud a desarrollar su talento y darles oportunidades a través de unos itinerarios que tienen que permitir su inserción laboral, en caso de que quieran ir hacia el mercado de trabajo, o volver al sistema educativo, si es que quieren desarrollar una formación académica.
La escuela quiere ser un espacio motivacional que permita a los jóvenes tener una mirada de 360° y encontrar respuesta a sus necesidades, independientemente de su situación. Esto significa, integrar elementos formativos, de cohesión y de participación en un mismo centro.
Muchos jóvenes de nuestro territorio han vivido una situación de rechazo y fracaso. NOIMA tiene que permitirles parar, escucharse y recuperarse. Y a partir de aquí y de un acompañamiento próximo, tienen que generar expectativas y recuperar el gusto por aprender. Pueden crecer y desplegar sus competencias a través de varios espacios: deporte, cultura, nuevas tecnologías… Tenemos que transmitirles que hay muchas maneras de aprender y que tienen su tiempo para hacerlo. La misión de NOIMA es acompañar a los jóvenes, adaptarse a su ritmo de aprendizaje y dar respuesta a sus necesidades reales. Este es uno de los puntos claves y también, uno de los principales retos.
La Escuela de Nuevas Oportunidades de la Garrotxa ayudará a los jóvenes a desplegar sus competencias a través de varios espacios: deporte, cultura, nuevas tecnologías…
Queremos que NOIMA sea grande, en el sentido de poder atender muchos perfiles de jóvenes y al mismo tiempo, desarrollar varios perfiles profesionales de sectores diferentes. De momento, hemos empezado con la actividad de alfabetización y arraigo en el territorio, dirigida a jóvenes con más necesidades sociales, que hace poco que han llegado a la Garrotxa. Con el programa, descubrirán cuál es su talento y sus expectativas y a partir de aquí, construiremos un itinerario formativo que dará respuesta a sus necesidades.
Es importante trabajar para ofrecer respuestas a los jóvenes, pero también tenemos que esforzarnos para prevenir las causas que generan estas situaciones de vulnerabilidad. En esta línea, trabajaremos con los institutos para prevenir el absentismo y el fracaso escolar. Por último, también queremos crear un espacio de activación sociolaboral donde los jóvenes que actualmente no están realizando ninguna actividad formativa puedan definir un itinerario.
La Fageda, gracias a su experiencia de 40 años al servicio de personas con discapacidad intelectual, enfermedad mental o riesgo de exclusión, ha visto como puede continuar contribuyendo a dar respuesta a las necesidades del territorio. Gracias a un trabajo conjunto que se hizo el 2018 con entidades sociales y administraciones para analizar las necesidades de la comarca, surgió la idea de crear una entidad que tuviera la capacidad de ofrecer una respuesta integral a los jóvenes. Pienso que NOIMA es una oportunidad para el territorio y también, para La Fageda de continuar creciendo y aprendiendo.
Me la imagino con mucha luz e ilusiones. Muy integrada en el territorio, tejiendo alianzas y colaboraciones con entidades, instituciones y empresas. Me gusta pensar que será un nódulo donde pasarán muchas cosas gracias a la colaboración y el trabajo compartido.
La colaboración con instituciones, empresas y entidades del territorio será uno de los pilares de NOIMA.
Todo lo que esté vinculado a la naturaleza. Hago submarinismo, barranquismo, alpinismo, raquetas… En la montaña es donde me siento más a gusto. Me da una felicidad brutal. También, me gusta estar con los amigos. Para mí, un día redondo sería ir a hacer montaña y después, pasar por un bar a hacer una cerveza y reír con la gente que quiero y me quiere.
Soy muy fan de los dulces… ¡Me quedaría con la crema de chocolate o el flan!
Me gustaría destacar uno de los puntos que más me ha impactado de La Fageda: las relaciones humanas que se crean. Hay un gran acompañamiento, apoyo, armonía, respeto, cooperación, colaboración… La gente está muy pendiente de aquello que le puede pasar al otro y de ayudarlo. Esto, hasta que no te integras aquí y no lo vives, es muy difícil de explicar. Es la cultura del proyecto y es un punto muy valioso y que atrapa.
Eva Güibas, periodista. La Fageda.