Blog
01 agosto 2018

‘A veces buscamos cosas lejos y no nos fijamos en lo que tenemos al lado de casa’, dice Sergi Asperó, informático de La Fageda

Nuestro entrevistado de esta semana lo podríamos definir como una persona amante de la informática y el deporte. Finalizados los estudios de secundaria en el Cor e Maria de Olot, empezó formación profesional de informática en el instituto Bosc de la Coma, también de la misma ciudad. Le gustó y decidió seguir con la ingeniería informática en la Universidad de Girona. A día de hoy ya lleva casi 10 años ejerciendo esta profesión. En lo relacionado con el deporte, desde pequeño hasta ahora practicado la natación, la bicicleta, el running, el pádel, el snowboard y el básquet, entre otros. El fútbol también lo probó durante un año pero no era lo suyo. Ahora está intentado recuperar un antiguo equipo de básquet de cuando era más joven para reencontrase con sus antiguos compañeros y jugar los sábados por la mañana. También ha sido monitor de actividades deportivas de forma temporal.

 

Vecino de Santa Pau de toda la vida, antes vivía en el casco antiguo de este pueblo medieval y ahora, desde hace 10 años, reside en una masía de las afueras con sus padres y su hermana. En casa tienen una granja de terneros, la Ranella, y han restaurado la antigua casa de monte como residencia. No se ha separado nunca de Santa Pau porque le gusta estar rodeado de naturaleza. Ni cuando estudiaba en la universidad: hacía cada día el viaje de ida y vuelta de Girona al pueblo. Esta semana hablamos con Sergi Asperó (28 años), del departamento de informática de La Fageda, una sección de ‘personas extrañas’ que hacen cosas ‘muy extrañas’, como diría Cristóbal. Vamos por pasos, empezaremos descubriendo como se inicia el vínculo con el proyecto e iremos desgranando en qué consiste su labor.

 

Sergi Asperó, durante la entrevista

 

¿Cuándo empiezas a trabajar en La Fageda?
Hice unas primeras prácticas aquí cuando estudiaba formación profesional, con 19 años. El tutor me lo propuso y me pareció bien.

 

¿Ya habías estado por aquí alguna vez? ¿Lo conocías?
No había venido nunca. De hecho el primer día de prácticas iba muy perdido, casi me meto dentro de la granja. Y mira que soy de Santa Pau, ¡lo tenía bien cerca! Conocía que había trabajadores con capacidades diferentes pero no mucho más. A veces buscamos cosas lejos y no valoramos lo que tenemos al lado de casa.

 

¿Y qué te pareció lo que descubriste?
Bien, muy bien, salí muy contento. Finalicé las prácticas y volví a los estudios, en la universidad. Cuando estaba en segundo me llamó Albert Calzada, coordinador del equipo de informática, para comentarme que estaban buscando a alguien. Habían pensado en mí. Esto debió ser en 2013. Empecé a trabajar media jornada para poderlo combinar con los estudios. La verdad es que me pusieron muchas facilidades. Yo me cogía menos asignaturas por año, para poder compaginar todo. El proyecto me atrapó. Al principio tenía curiosidad por saber cómo me iría todo, porque no había trabajado nunca con personas con capacidades diferentes. Pero enseguida establecí vínculo con ellos. Al principio recuerdo que la Rosario venía y me decía ‘¿tú quién eres?’. Descubrí que son personas muy sinceras. Todo el mundo fue muy agradable conmigo.

 

Como ya te conocían, quizás no tuviste que pasar por el trámite de la entrevista de trabajo.
No, no, sí la hice. Y fue bastante curiosa, jaja. La parte que realicé con Albert Calzada fue muy normal. Pero vino la Coral i la María, de asistencial, y me llevaron a la zona de enfermería, donde ahora están las oficinas nuevas. Recuerdo que había una camilla y estaba todo muy desordenado, con muchos trastos. Me dijeron que tenía que hacer un test psicotécnico. Me sentí muy extraño analizando la situación. Pensé ‘¿qué hago aquí?’ jaja. Después, con el tiempo, comentándolo con otros compañeros nos hemos reído mucho. Se ve que este test de entrada solo lo hemos pasado Ester Campdelacreu y yo. No he sabido nunca el porqué, debían estar haciendo pruebas. Cuando llegué a casa fue lo primero que les conté.

 

Te debieron decir ‘¡dónde te has metido!’ En todo caso, te debió ir bien, porque sigues aquí.
Sí, jaja.

 

¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
El ambiente, la ubicación… Valoro mucho estar aquí y no en un edificio de Barcelona lleno de ventanas que dan a otros edificios. Creo que no podría soportarlo. En referencia a mi departamento, lo que más me gusta es que hay muchas ramas diferentes por tocar. Nunca me aburro porque hacemos un poco de todo: sistemas, programación, atención al usuario… No es rutinario. Y además esto me permite conocer muy bien a las personas y la faena que hacen en los otros departamentos.

 

Asistencia al usuario… vamos a profundizar. ¿Qué es lo que más de piden?
Hay muchas cosas que nos piden de forma repetitiva. Lo que nos pasa a menudo es que nos avisan de que no funciona algo pero cuando llegamos ya funciona y sin que hagamos nada. Como cuando vas al mecánico porque el coche te hace un ruido raro pero cuando llegas allí ya no lo hace. Esta misma mañana nos ha vuelto a pasar. También hemos de explicar cosas que para nosotros son muy básicas pero que seguramente para otras personas no lo son tanto.

 

¿Cuál es el departamento que más faena os da?
Jaja. Pues… asistencial. Se han de hacer muchos trámites con las administraciones públicas y a veces hay problemas a la hora de generar ficheros y colgarlos, por ejemplo. Y habitualmente son cosas urgentes, así que tenemos que dejar lo que estamos haciendo y centrarnos en eso. El Servicio de Atención al Visitante [de ahora en adelante SAV] también nos da bastante trabajo. La Mariona Martí el otro día nos invirtió la pantalla de uno de los ordenadores. Tenía su bolsa por allí y tocó el teclado sin querer. Nos reímos un rato porque no la sabían volver a girar.

 

Entiendo que ir al SAV a por un café y a desconectar es peligroso porque te acaban pidiendo que arregles algo. Pero al menos os reís.
Muchas veces vamos allí a relajarnos un momento y ya nos piden cosas de trabajo. Yo ya entro allí pensando en qué cosas nos preguntaran esta vez. Normalmente dan risa. Nos alegran el día. De hecho nosotros tenemos un documento con incidencias divertidas. Y no siempre son del SAV. A veces nos llaman de otros departamentos para pedir cada cosa… Yo les pregunto si lo hacen de broma y normalmente resulta que no, que la consulta es de verdad.

 

Suena divertido. ¿Nos podrías explicar en qué proyecto estáis trabajando ahora?
El proyecto más importante es un cambio del programa informático, del núcleo de la empresa en el ámbito de la informática. Hace un año que lo estamos implantando. Es un proceso bastante laborioso. También tenemos otros proyectos de menor relevancia en lo que también trabajamos cuando podemos.

 

Nuestro protagonista, durante su infancia

 

¿Cómo os distribuís el trabajo?
Somos tres personas en total. Los tres participamos en todos los proyectos pero cada uno se encarga de gestionar una parte. A nivel de apagar fuegos, lo que comentábamos de asistencia al usuario, pues nos lo vamos repartiendo.

 

¿Por qué crees que es importante que La Fageda tenga un departamento de informática propio?
Cada vez está todo más informatizado. En la planta de producción, a nivel de facturas, trámites… Si no se tiene un departamento propio y se depende de una empresa externa, no se tiene esta rapidez a la hora de actuar. Desarrollamos proyectos que lo que buscan es facilitar el trabajo de las personas. Si alguien está haciendo un trabajo muy monótono, intentaremos automatizarlo para que no pierda tanto el tiempo. La informática nació para facilitar la vida a la gente, aunque a veces no lo parezca. Para Cristóbal, por ejemplo, como él nos dice, somos gente extraña que hace cosas muy extrañas. Hoy mismo nos lo ha vuelto a repetir jaja.

 

Además es un trabajo que conlleva una alta responsabilidad. Si falla el sistema informático, ¿la fabrica deja de producir?
El sistema informático de fábrica es independiente del que gestionamos nosotros. Y los dos están replicados para evitar sustos. Se trabaja con temperaturas muy altas, se puede estropear algún cable, puede haber alguna subida de tensión o fenómenos meteorológicos adversos… El sistema puede fallar y conviene actuar y anticiparse a situaciones.

 

¿Cuál es el día más intenso de trabajo que recuerdas?
Me vienen dos a la mente. Un día falló uno de los servidores principales y estuvimos todo el día para conseguir repararlo. Otro día hubo un problema en fábrica y también necesitamos bastante tiempo para encontrar dónde estaba el error. ¡Ah! Y una noche de tormenta eléctrica, un domingo, estaba a punto de irme a dormir y veo que me llama l’Albert Calzada. Me pidió que fuera a la finca porque había saltado la luz y era necesario parar los servidores. Soy el que vive más cerca así que… es lo que hay. Pero he de reconocer que cuando hay problemas y se trabaja bajo presión, a contrarreloj, me gusta.

 

También haces cursos de formación a las personas del centro especial de trabajo.
Sí, este año hemos hecho uno con Albert Terradellas. Los adaptamos a sus necesidades, a sus demandas. Han tratado sobre redes sociales y teléfonos inteligentes. Me ha gustado mucho hacerlo y además he conocido más y mejor a algunas personas.

 

Si no estuvieras en tu departamento, ¿en cuál te verías?
En el SAV. Ya sé lo que es trabajar fines de semana y festivos así que no me importaría. También estaría en la sección de Compras. Ha de ser interesante hacer la planificación de todo lo que se necesita para producir.

 

¿En cuál seguro que no?
Creo que en la fábrica.

 

¿Cuál es tu producto de La Fageda favorito?
El yogur de limón.

 

¿Y el espacio de la finca donde mejor te sientes?
Todos los exteriores en general. También el SAV, porque allí nos lo pasamos bien y coincidimos con otras personas. Este espacio en el que estamos ahora, detrás del Servicio de Terapia Ocupacional, también es muy bonito y se está muy tranquilo.

 

¿Cómo definirías La Fageda en pocas palabras?
Es un sitio diferente en el que trabajar y la gente viene aquí con muchas ganas. Es una empresa que hace yogures con una razón social detrás. Se busca un trabajo apropiado para cada persona y se trabaja de forma muy profesional.

 

Víctor de Paz, periodista y guía de La Fageda

Forma parte de la comunidad
Suscríbete
Colabora con los proyectos de La Fageda
COLABORA
Síguenos en redes sociales